domingo, 10 de octubre de 2010

Any more than a whisper

Creía distinguir una voz, a penas un susurro, entre el repiqueteo de las gotas de lluvia en el cristal de mi ventana. Reconocí en ella esa forma tan suave que tiene el sonido de mis pensamientos de murmurar en el interior de mi cabeza.
Me recordaba que los sudores fríos al verte se habían ido, que el corazón ya no se desbocaba al recordarte, que la piel no se erizaba ni la voz se me quebraba cuando pronunciaba tú nombre, vacío ya de melodía. Musitó, bajito, despacito, que estoy superando todo esto, sola. Y que después de dos veranos esta vez, cuando la lluvia de noviembre venga a besarme el alma de nuevo, todo habrá pasado.
Y supe, mientras acariciaba las teclas del piano, que aquella melancólica melodía sería la última canción que gastaría en tí.

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