lunes, 20 de septiembre de 2010

Mis días son sin luna

Muchas veces no sé si son las personas, mi imaginación, o el tiempo quien me juega malas pasadas.
Los acontecimientos me confunden, y las personas parecen ser tan simples que, al final, son imposibles de comprender.
Suelen querer lo que no tienen, desear lo que poseen los demás y despreciarlo una vez lo consiguen. Y, aunque prototípica, no deja de ser una conducta ilógica.
Por eso me cuesta distinguir cuándo desean, cuándo aman, cuándo quieren de verdad, y cuándo simplemente se encaprichan.
Cuando besan, lo hacen muchas veces por capricho. 
El capricho mata. Lo besos por capricho son veneno.

2 comentarios:

  1. Las personas somos complejas. Por encima de deseos y apetencias, hay sentimientos, y más arriba aún, instintos... que no pueden ser eliminados, y siendo aplazados nos causan dolor... Esos caprichos sólo expresan instintos...

    ResponderEliminar